Columna de Renato Werth, Director Escuela de Tecnología Instituto Profesional Iplacex
El cambio climático dejó de ser un problema del futuro, lo estamos viviendo y esto se refleja en inviernos más
extremos, zonas desérticas inundadas, fenómenos climáticos exacerbados, entre tantos otros que hemos
normalizado, pero, que nos han impactado de manera directa.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha dejado claro que para limitar el calentamiento
global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, es esencial reducir las emisiones de dióxido de
carbono (CO2) en un 45% para 2030, y llegar a cero emisiones netas para 2050. Ante esta realidad, las
energías renovables, como la solar, la eólica, la hidroeléctrica y la geotérmica, se perfilan como soluciones
sostenibles y limpias. Pero la adopción de estas fuentes de energía está lejos de ser automática.
Si queremos avanzar hacia el uso de las energías limpias, para poder contribuir significativamente en el
combate por frenar el cambio climático, debemos asegurarnos de que esto se produzca en toda la cadena. Es
decir, desde la generación hasta el consumo. Por otra parte, la educación es parte fundamental del cambio de
paradigma en relación a este proceso, ya que es clave dotar de las nuevas capacidades requeridas por esta
tecnología a las personas que ya están insertas en el mundo del trabajo y entregarles las competencias
necesarias para enfrentar los desafíos profesionales del futuro, de manera oportuna y pertinente.
Según la UNESCO, para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente el ODS
13 (Acción por el Clima), las instituciones de educación superior deben transformarse en agentes de cambio.
Esto implica no solo investigar soluciones tecnológicas y científicas, sino también, desarrollar competencias
éticas y de liderazgo entre los estudiantes. Es por ello que, las organizaciones educativas tenemos que
contribuir para que esta nueva industria cuente con personas con los conocimientos necesarios para que este
círculo virtuoso se haga realidad. Las nuevas oportunidades de negocios y el soporte necesario para que
estas nuevas tecnologías se extiendan, no serán posibles sin esa preparación.
