Un artículo quiso desarrollar la Mesa de Capital Humano de la Asociación de la Industria Eléctrica – Electrónica, AIE referido al cómo una tecnología de tendencia mundial, el ChatGPT, que es básicamente un robot virtual (chatbot), que responde una variedad de preguntas, realiza tareas por escrito, conversa con fluidez y que puede generar contenidos escritos de forma altamente coherente y muy parecidos a los creados por los humanos, genera controversia y reflexión respecto al futuro de esta tecnología.
Andrés Del Alcázar, Subdirector Escuela AIEP, menciona lo siguiente: “Antes de entregar la opinión respecto al ChatGPT, debemos remitirnos a los inicios de la Inteligencia Artificial (IA). A su definición y buscar cuál es su objetivo, la IA existe hace más de 50 años, pero claramente en los últimos años, gracias a los avances tecnológicos, la disponibilidad de grandes cantidades de datos y nuevos algoritmos, ha permitido que la IA haya crecido de manera exponencial y esté presente en muchos campos, ayudando a resolver reemplazando tareas que realizan los humanos o muchas veces sustituyéndolos. Dicho lo anterior el uso del ChatGPT, más que verlo como una amenaza y al igual que el resto de las soluciones similares, son un aliado, que ayudan a tomar decisiones o tener como base los resultados que entrega, para luego analizarla y concluir sobre ella, dándole sentido, razonamiento y pensamiento crítico.
Desde el punto de vista educacional, puede ser una gran herramienta, tanto para los procesos de enseñanza como los de aprendizaje. De hecho hoy muchas soluciones tecnológicas basadas en IA, son utilizadas en la educación, ya sea para analizar grandes volúmenes de datos y determinar proyecciones y predicciones de retención, aprobación, entre otros, como apoyar la labor docente y quitarle tareas repetitivas, fomentando y estimulando la formación personalizada y el aprendizaje colaborativo”.
Por su parte, Ignacio Chamorro, Gerente General de Open Control expresa: “ChatGPT puede ser una herramienta valiosa en la educación, ya que puede proporcionar a los estudiantes acceso instantáneo a información y recursos. Utilizando procesamiento de lenguaje natural, ChatGPT puede entender y responder una amplia gama de preguntas y temas, lo que lo convierte en una herramienta de aprendizaje versátil. También puede programarse para proporcionar retroalimentación y orientación personalizada a los estudiantes, ayudándolos a comprender mejor conceptos difíciles y mejorar sus habilidades. Sin embargo, es importante recordar que ChatGPT no es un sustituto de los profesores humanos o de las habilidades de pensamiento crítico, y debe utilizarse como un complemento a los métodos de enseñanza tradicionales”.
Finalmente, acerca del ChatGPT, Felipe Besoaín y Nicolás Barriga, académicos de la Universidad de Talca señalan: “es una de las aplicaciones más emblemáticas de los Large Language Models (LLM), sistemas de generación de texto entrenados a partir de grandes cantidades de datos. Cabe destacar que los LLM no son los únicos de estos sistemas generativos: los sistemas de generación de imágenes actuales son de alta calidad y los de vídeos han tenido avances importantes en los últimos meses.
Las tecnologías se desarrollan constantemente y evolucionan frente a las necesidades de la sociedad. Es así como hemos transitado desde la máquina de escribir manual, a la semiautomática y luego al personal computer (PC) en conjunto con la suite de ofimática. Cada uno de esos artefactos ha traído una nueva experiencia a los usuarios en términos de usabilidad, asistiendo la productividad humana en un amplio espectro.
Es normal encontrar resistencia frente a cambios tecnológicos, pero no debemos dejar que esto nos impida evaluar sus potenciales ventajas en algunas etapas educativas. Por ejemplo, no tendría sentido prohibir el corrector ortográfico en educación superior pero sí en educación básica, donde existe un proceso de aprendizaje importante de las reglas ortográficas. Tampoco tendría sentido prohibir una calculadora científica y/o software de visualización a un estudiante de posgrado, pero quizás si a un estudiante de pregrado quien se encuentre aprendiendo los fundamentos del cálculo. Ambos ejemplos nos muestran que estas herramientas pueden afectar significativamente el proceso de enseñanza aprendizaje en un periodo particular. Sin embargo, es importante considerar que profesionalmente son herramientas útiles de asistencia en el ejercicio profesional.
Con respecto al sector educación, nos gustaría plantear dos perfiles de estudiantes: 1) estudiantes afines a las ciencias de la computación y 2) estudiantes de otras disciplinas. El primero es quien desarrolla la tecnología y por tanto debe tener un conocimiento acabado de los fundamentos teóricos, prácticos, éticos de la construcción de estos sistemas. Esto podría implicar revisar los planes de formación actuales dado el auge de la Inteligencia Artificial. Estudiantes de otras disciplinas, deben tener conocimiento sobre los usos, limitaciones, aspectos éticos y riesgos asociados. Que les permitan hacer un uso efectivo de las herramientas, entender que son sistemas de generación probabilísticos de contenidos, no de consulta de datos preexistentes. No existe ninguna garantía de la veracidad del contenido producido, solo que sintácticamente es correcto y semánticamente relacionado con el prompt.
Dicho todo esto, es necesario que las instituciones desarrollen protocolos y procedimientos para asegurar el uso favorable de estas tecnologías, sin que influyan negativamente en sus procesos de enseñanza aprendizaje. Esto probablemente requiere cambios mayores en las metodologías de enseñanza y evaluación. No debemos dejar que esto desincentive el uso de estas tecnologías. Éstas son herramientas que están y estarán disponibles en el mundo real, los estudiantes necesitan saber usarlas a su favor o estarán en desventaja con respecto a quien sí sabe.
Finalmente, necesitamos avanzar con una mirada positiva sobre el impacto de las tecnologías en la productividad, cautelando el proceso de enseñanza aprendizaje. No debemos dejar que la amenaza de estas herramientas sobre los procesos actuales de evaluación, nos impidan educar a nuestros estudiantes en su uso”.
La IA avanza siempre, pero hoy más que nunca, en medio de un panorama incierto y el prohibir sus herramientas no soluciona dilemas éticos que provocan sus diversas tecnologías, sumado a un factor primordial que sería el que ni los más entendidos han podido analizar con argumentos suficientes y coherentes el cómo este desarrollo podría afectarnos a todos. Por ahora, será fundamental acercarse al ChatGPT, explorando sus beneficios y bondades, ya que la razón principal de su no aceptación total es que no provoca confianza y máxima seguridad.
A pesar de sus resquemores, ChatGPT, es una herramienta prometedora para el futuro de la educación, y que utilizándose de manera responsable ayudaría a individualizar la experiencia de aprendizaje, ahorrando tiempo para los académicos y alumnos, mejorando la eficacia de la educación en Chile y del mundo entero, ya que se entiende que el propósito fundamental de la Inteligencia Artificial es desarrollar sistemas capaces de imitar o superar las habilidades humanas.