Columna Andrés Molina, Director AIE: “La Tecnología Eléctrica y Electrónica: Motor Clave en la Minería Moderna”

Andrés Molina Toledo, Director AIE y Gerente Comercial en COMIND.

Hablar de minería hoy es hablar de tecnología, ya no alcanza con picar piedra y mover toneladas de material: el corazón de la minería moderna late gracias a sistemas eléctricos y electrónicos que hacen posibles operaciones más eficientes, más seguras y, sobre todo, más sostenibles.

Quienes estamos en la industria eléctrica electrónica lo vemos a diario: cada sensor, cada variador de frecuencia, cada sistema de control automatizado cumple una función crítica en cada proceso. No son solo “componentes”, son los ojos, los nervios y los músculos de una operación minera de clase mundial.

La automatización es quizás el cambio más visible en esta industria 4.0, que hemos logrado hasta ahora y ya con vistas en el 5.0 que se aproxima y que busca capital humano con tecnología, especialmente IA, para mejorar la productividad, la eficiencia, el bienestar, la sostenibilidad y la resiliencia.

Con sistemas PLC, SCADA y sensores industriales, hoy es posible monitorear en tiempo real variables clave como temperatura, presión o vibración. Esto no solo ha mejorado la eficiencia de procesos como chancado, molienda o lixiviación, también ha ayudado a tomar decisiones más rápidas y certeras, reduciendo riesgos y detenciones no programadas.

Otro ejemplo concreto: las resistencias eléctricas industriales que es el rubro especifico en donde me he especializado, suenan como algo menor, pero son fundamentales en ambientes extremos, ayudando a calentar fluidos, evitar la condensación en tableros eléctricos o mantener estable la temperatura de procesos sensibles. Su impacto en la continuidad operacional y la seguridad es enorme, aunque muchas veces pase desapercibido, más aún en ambientes tan extremos en donde se desarrolla la gran minería.

Y qué decir del ahorro energético. La incorporación de motores eléctricos de alta eficiencia y el uso de variadores ha permitido reducir significativamente el consumo en sistemas de ventilación, bombeo o transporte de mineral. En un sector intensivo en energía, cada punto porcentual de eficiencia cuenta y mucho.

La tecnología también salva vidas, sistemas de detección de gases, protecciones eléctricas automáticas o monitoreo térmico hoy son parte del estándar. Gracias a ellos, podemos operar con mayor confianza en entornos que, por naturaleza, son desafiantes y de alto riesgo.

Además, hay una transformación energética en marcha: la electrificación de maquinaria pesada y la integración de energías renovables están cambiando la matriz de muchas operaciones mineras. Este paso es clave no solo desde lo técnico, sino también desde lo reputacional. La minería necesita mostrar y demostrar su compromiso con el medio ambiente, y la tecnología eléctrica-electrónica es una aliada estratégica en ese camino.

Como país hemos demostrado amplio conocimiento y desarrollo en el área minera y tenemos una misión importante para la nueva generación y es que debemos impulsar la innovación eléctrica electrónica, ya que es mucho más que un soporte para la minería: es un motor que impulsa su evolución. Un motor quizás silencioso, pero sin el cual sería impensable imaginar una minería moderna, competitiva y sustentable. Hoy más que nunca, es hora de ponerlo en valor.