Por muchos años, la industria minera fue sólo integrada por hombres, además de la creencia de que las mujeres traían mala suerte en la mina, había una restricción en el Código del Trabajo, que se eliminó en el año 1996. Hoy en día, la participación de la mujer en minería llega a un 12,2%., según Estudio de Fuerza Laboral 2021.
Ha habido un gran esfuerzo por incorporar a la mujer en minería, la cual se puede visualizar en las diversas iniciativas que ha impulsado el sector en los últimos años, por ejemplo, la creación de la ONG Women in Mining el año 2015, la firma del Decálogo Minero el año 2018 y la mesa de trabajo Mujer y Minería de los Ministerios de Minería y de la Mujer.
Si bien, parece poco un 12% de participación, hay que considerar que hasta hace unos años era algo prohibido por ley y culturalmente mal visto por el sector, por lo que el salto es enorme. Lo que más demora tiempo en cambiar es la cultura organizacional. Todo esto sin considerar las dificultades que tiene la mujer para trabajar por un sistema de turnos, altamente utilizado en las faenas mineras, todavía quien lleva la mayor carga del hogar y que más se dedica al cuidado de los hijos es la mujer, por lo que es un trabajo por turnos genera una incompatibilidad con este rol en el hogar.
Los tipos de cargo en los que se encuentra actualmente la mujer son: profesionales (13,7%), operadoras (7,9%), supervisoras (6,3%) y mantenedoras (3,0%). Se esto se infiere que es necesaria una intervención en las mujeres en una temprana edad, ya que la decisión de especializarse en alguna profesión que sea necesaria en la minería parte desde 8vo básico, cuando termina su educación básica y decide si opta por una especialidad TP o sigue el camino científico-humanista para terminar optando por una carrera profesional. Y es necesario involucrar también a las familias para que la apoyen en su decisión, ya que muchas veces son las familias las que desalientan la prosecución de estudios ligados a carreras masculinizadas por un tema netamente cultural.
Considero que otros rubros altamente masculinizados debería seguir el ejemplo de la minería, ya que en solo una década ha habido un cambio muy acelerado. Hoy en día, el rubro de Energía es quien está implementando toda una línea de trabajo para fomentar la participación de la mujer.
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Columna de opinión Ariela Villavicencio, Directora Asociación de la Industria Eléctrica – Electrónica, AIE. Directora Nacional del Área Ingeniería en Instituto Profesional Santo Tomás, Ariela Villavicencio