He escuchado muchas veces el concepto de los trenes que Chile ha dejado pasar quedándonos en el andén. Esto se refiere a las grandes transformaciones que ha vivido la humanidad a través de las llamadas Revoluciones Industriales. Según estas aseveraciones nos hemos quedado abajo del tren en ya tres revoluciones industriales y que no debemos perder el tren de la transformación digital y de la cuarta revolución industrial, y que esta vez sí que debemos subirnos a él. Frente a estas aseveraciones, que, si bien son ciertas, debemos preguntarnos varias cosas. ¿Por qué nos hemos quedado abajo? ¿Qué factores nos han impedido subirnos al tren y solo quedarnos en el andén? ¿Qué debemos hacer diferente para subirnos esta vez? Y por último hay otra pregunta que es igual o aún más importante, ¿qué significa subirse al tren?
Chile se ha caracterizado por ser un país proveedor de recursos naturales y en ciertas épocas nos ha ido bien, no creo que para nadie es desconocido que estamos viviendo justamente ahora una época muy buena para el cobre, uno de nuestros recursos principales. Sin embargo, si miramos un poco la historia vemos que en el momento del auge del salitre surge un producto artificial que lo reemplazó y que era más barato. Y esto no fue una coincidencia, al empezar a subir el precio del salitre y frente a la necesidad que planteaba una guerra, los científicos comenzaron a trabajar arduamente para lograr un producto equivalente más barato. El caso del petróleo es similar, no en Chile obviamente, pero frente a un petróleo muy caro surge con más fuerza otros tipos de energía y así baja el precio del petróleo. Estamos viviendo una época interesante para el precio del cobre, y seguramente, ya debe haber muchos científicos en el mundo investigando como suplir el cobre y así bajar los costos de los productos que lo usan.
Considero que los ciclos de los recursos naturales han sido una de las causantes de que no nos hayamos subido a algunos de los trenes que ya nos dejaron en el andén. Las zonas de confort que hemos vivido gracias a estos recursos naturales han impedido en gran parte abordar estos trenes.
Y viene el cuarto y una vez más estamos en el andén viendo que se acerca vertiginosamente y pensando que hacer, lo abordamos o seguimos en nuestra zona de confort. Soy un convencido que no solo debemos abordarlos, sino que debemos ir a la locomotora del tren y participar en su dirección, es decir debemos convertirnos en líderes de la transformación digital.
Somos un pequeño país con grandes potenciales para convertirnos en ese líder. Tenemos talento, tenemos excelentes universidades, tenemos una industria tecnológica incipiente que quiere crecer y desarrollarse, tenemos dinero, tenemos la oportunidad; es decir tenemos todos los ingredientes que nos permiten ser líderes en transformación digital, solo falta que nos decidamos a serlo.
Desarrollemos nuestra industria tecnológica generando productos y servicios de calidad y competitivos. Confiemos en la capacidad de esta industria y privilegiémosla en nuestras compras empresariales e individuales. No dejemos pasar este cuarto tren, seamos sus maquinistas, lo que permitirá a nuestro país ingresar por la puerta ancha a la Transformación Digital y a la Sociedad del Conocimiento.